Fotografiando al quebrantahuesos



A finales de agosto y primeros de septiembre pasé tres días en el hide que se conoce con el nombre de El Cebollar, y que gestiona el Instituto de la Naturaleza del gobierno de Aragón (INAGA). Está situado en Ordesa en un lugar con unas vistas espectaculares hacia el valle, un lugar privilegiado. Desde este hide con un poco de suerte tienes la posibilidad de fotografiar a una de las aves emblemáticas de la península ibérica. El quebrantahuesos es una especie que ha estado al borde de la extinción y que gracias a los diferentes programas de protección que se han llevado a cabo por las diferentes administraciones se ha conseguido recuperar, estando en este momento en situación de colonizar otros lugares de España de los que había desaparecido, como la Sierra de Cazorla y Picos de Europa. También se han llevado programas exitosos de introducción en los Pirineos franceses. Para acceder al hide tienes que solicitar con bastante tiempo un permiso al INAGA. Después, te llega a casa una carta en la que te comunican la concesión del permiso para un periodo determinado con una duración de tres días distribuidos como tu quieras, durante la semana que te han asignado. Una vez allí, un guarda forestal te acompaña hasta el hide, distante de Torla a algo más de media hora por una pista forestal, distribuye la carroña, tu te metes el hide y a esperar que los buitres leonados terminen su festín y despejen el terreno para que entre el quebrantahuesos. Nosotros tuvimos suerte porque, aunque no nos tocó en suerte una de las mejores fechas, sin embargo nos visitaron ocho ejemplares, algunos de los cuales posaron como auténticos modelos de pasarela. Y para terminar, antes de pasar a las imágenes, solo me queda dar las gracias a Manolo Grasa, el guarda forestal, por su amabilidad y profesionalidad que tanto se echan en falta en casi todos partes. Espero que os gusten las fotos. 

Buitres leonados entrando a la carroña



El grupo de buitres da buena cuenta de todo lo servido
en menos de cinco minutos de auténtico frenesí.






Después viene la calma, el silencio y otras especies
van llegando 
Como una pareja de alimoche que posaba de lo más
natural


y esta pareja de cuervos bastante celosa de su territorio

Otro visitante del comedero, este milano real, muy 
desconfiado, y que a penas paraba para recoger algún resto del banquete...

Y finalmente el esperado quebrantahuesos, elegante silueta 
en el horizonte que compensaba todas las incomodidades 
que se sufren en un hide de dos por dos compartido por dos.








Ejemplar joven de quebrantahuesos de  entre dos y tres años
de edad y con marcas alares y en los tarsos.

Se diferencian hasta cinco tipos de plumaje en función de la
edad. El de la primera foto corresponde a un ejemplar maduro
que se considera a partir de los siete años.
Más información sobre quebrantahuesos en