Después de varios intentos, algunos meses y dudas sobre su rendimiento, el nuevo comedero ha prendido, como si una pequeña fogata se tratara, y comienza a dar sus frutos, o sea, sus llamas. He aquí una muestra de lo que aparece por allí y creo que nos deparará buenos momentos en el futuro.
Por cierto, con el petirrojo no ha sido necesario recurrir a ningún encargo disuasorio: la entrada en escena del trepador azul lo ha puesto en su sitio. Ahora, varias especies comparten, con más o menos convicción, el tesoro aparecido como por arte de magia.
Tiene que ser una pasada poder tener a tiro todas esas especies, seguro que después de la espera y de la incertidumbre te traerá grandes éxitos y alegrías como las que ya estas teniendo.
ResponderEliminarUn saludo y muy guapas las fotos.
Buenas Baldo. Me alegro de que te entren tantas especie, sobre todo el tizón, que suele ser muy complicado. Muy buenas fotos. Un abrazo
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